HS/ Capitulo 2 - Como ser una buena quincy-shinigami

Capitulo 2 – Como ser una buena quincy-shinigami


- Llegamos – dijo Keiji entrando en su apartamento, se saco los zapatos y entro seguido de Rianne. La decoración era bastante minimalista pero bonita, las paredes eran color crema y estaba muy ordenado. Rianne miraba todo atenta, no parecía nada fuera de lo común.- hey, entra ya, pasa a la sala, traeré un poco de te. Allí también hay vendas, puedes curarte el brazo.
Rianne asintió y se sentó en unos cojines, agarro el botiquín que parecía haber sido utilizado con anterioridad y se vendo el brazo. De algo le servirían las clase de enfermería en las tardes, al rato reapareció Keiji con dos tazas de te humeante y bocaditos dulces.
- waaaaa!! Arigatô sensei!!- dijo ella sonriente mientras tomaba un bocadito.
- Rianne, presta atención – dijo sin éxito, Rianne estaba concentrada engullendo los bocaditos dulces que había traído Keiji – RIANNE DEMONIOS!!- la chica se atraganto y escupió te en la cara del chico.
- pero que modales son esos!!! No sabes que no se grita en la mesa?!?
- y tu no sabes que esto es de vital importancia?!?!?- le espeto molesto, la chica desvió la mirada orgullosamente- quieres escucharme?
- esta bien, cuenta- dijo mirándolo de reojo aun con ese aire orgulloso a su alrededor.
- bueno, quieres saber que es eso de quincy y shinigami nee?- Rianne asintió con energía – veras, tanto Shinigami como Quincy son seres especiales los cuales eliminan a los hollows, seres que se alimentan de almas humanas y rompen el equilibrio natural del mundo de los vivos.
- entonces porque te sorprendiste en el hecho que yo sea “shinigami” y “quincy” a la vez?
- veras, la diferencia entre ambos radica en la forma que tienen de acabar con los Hollows. Mientras que los Shinigamis purifican al Hollow con su Zanpakutou y los envían a la Sociedad de Almas, los Destructores o Quincys eliminan su existencia por completo. Esto rompe al equilibro que existe en el intercambio de almas entre el mundo humano y la Sociedad de Almas, lo que a la larga terminaría con la destrucción de ambos mundos. Debido a esto, la raza de los Quincy fue destruida por los propios Shinigamis 200 años atrás.
- que?? O sea que… soy tanto equilibrio como desequilibrio? No logro entenderlo muy bien.
- sabia que esto no seria fácil, para hacerlo simple, tu eres parte de las dos razas, ni yo entiendo muy bien lo que eres, pero creo que esto lo podríamos analizar con tiempo. Lo que hay que hacer ahora es comenzar a entrenar, hoy es muy tarde, vuelve a tu casa y descansa, iré a tu instituto después de clase y comenzaremos a entrenar, allí te explicare que es una Zampakutou.
- nooo explícalo ahora!!- exigió Rianne
- primero necesito consultarlo con alguien, otro quincy, por eso nos vemos mañana- agarro a Rianne y la echó del departamento – que sueñes bonito n.n- dijo cerrando la puerta.
- pero que maleducado!!- grito Rianne.

En el trayecto a casa procesaba todo lo que había ocurrido, ella era un ser que podía mantener el equilibrio del mundo o destruirlo, podía eliminar criaturas malignas y darle el descanso eterno a los fantasmas, aun no tenia las cosas muy claras, pero lo que si sabia era que desde ese día… Mugiwara Rianne ya no era una simple estudiante de instituto.

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Eran fácilmente las 18:30PM cuando Rianne estaba cerca del parque donde siempre se sentaba a pensar, cuando, de la nada, 5 chicos de una escuela privada cercana pasaron por su lado corriendo y gritando “ese estúpido me las va a pagar” o “corran!! Era un fantasma”. Rianne asustada por el hecho que quizás fuese un hollow, agarro su katana o como Keiji-sensei le había llamado “zampakutou” y fue corriendo en dirección de donde venían los niños, el parque.
Cuando Rianne llego no vio ni hollow ni fantasma, solo a un pequeño niño de cabello blanco sobándose la cara en el piso, sus ojos rojizos estaban contraídos en una mueca de molestia. Rianne conocía muy bien a ese niño.
- Nashi-chan!!- grito Rianne mientras corría a donde su pequeño primito.
- Rianne no itoko-san (n/a: prima), konichiwa!!- dijo levantándose y sacudiéndose la tierra de los pantalones costosamente.
- que te paso?? Estas bien??
- no es nada, daijobuka, solo me metí en una pelea.
Rianne soltó un bufido y pregunto:- que paso ahora?
- nada, es solo que unos tipos me tocaron mucho la moral y les di su merecido.
- Nunca aprenderás – dijo soltando una risa – y que haces por aquí? Tu casa queda en otra dirección…
- es que venia precisamente a hablar contigo, Itoko-san!! Veras, es que esta semana estaré ocupadísimo en exámenes, y como mañana es el aniversario de “su” muerte… pues…- el niño bajo la mirada triste. Rianne se maldijo mentalmente, ¿¡como podía haberlo olvidado?! Por suerte Nagash venia a salvarle el día.
- si, no tengo problemas, yo también estaré muy ocupada, pensaba incluso llamarte para decirte que no podía ir- dijo con cierto nerviosismo.
- genial!! – dijo sonriente – además, he estado sintiendo algo extraño, como si una sombra se cerniese sobre la ciudad, además el olor del aire trae mucha maldad, puedo sentirlo…- dijo en un susurro mientras una brisa soplaba y se llevaba las palabras con el.
- de…de que hablas??- pregunto Rianne sintiendo una especie de energía saliendo de su primo.
- nada!! Me tengo que ir, lo mas seguro es que la estúpidas de mis hermanastras le digan a Chiyako que estoy en una pandilla o algo por el estilo! Cuídate!!- dijo mientras se echaba a correr calle abajo.
Rianne se quedo mirando el camino por donde se había ido su primo… siempre tan misterioso y enigmático…
No le dio más vueltas al asunto y hecho a correr a su casa, le habían entrado ganas de comer algo delicioso.

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Mientras tanto en la sociedad de las almas…

- recuerda bien, Sakurazukamori, estaré fuera unos días y quedas a cargo, si hay una cosa fuera de lugar te quitaré de tu puesto- dijo un hombre de cabellera negra azabache y piel blanquecina, este estaba en la entrada de la sociedad de las almas y el mundo humano junto con la joven de cabello blanco y ojos rojizos.
- hai, Kuchiki-sama- dijo ella tiesa en pose militar.
- volveré en pocos días, hasta entonces… - dijo el mientras cruzaba el portal. Hasta que el capitán no desapareció la chica no se movió ni una milésima.
Después de que Byakuya desapareciera la chica suspiró, relajándose y se acercó a la mesa de su capitán. Estaba todo impecablemente cuidado y ordenado, no había papeles para actualizar ni informes que archivar.
Koryu optó por salir a dar una vuelta por la sociedad de almas, si algo pasaba ya le avisaría alguno de los subordinados.
Paseó por los pasillos pero estos estaban desiertos. Ichigo Kurosaki había vuelto a la Tierra y tenía como misión informar sobre las actividades del nuevo Quincy. Recordar la tierra la obligó a recordar sus tiempos en ella.
Había sido una muchacha como otra cualquiera. Pero ese fatídico día un conductor imprudente la atropelló dejándola en coma.
Lo peor de todo es que ella se podía ver en la camilla del hospital, su espíritu seguía atado a su cuerpo por una cadena y no podía marcharse de allí. Hasta que un día sucedió, murió al mes del accidente. Su hermano menor estaba destrozado mientras era consolado por su prima, su querida prima que había sido mas como una hermana para ella.
Se liberó de las ataduras de su cuerpo y salió al mundo exterior. Al principio estuvo meses intentando comunicarse con sus familiares, pero estos no la veían. La habían olvidado...
Una extraña cadena se consumía poco a poco en su pecho, hasta que un día desapareció y una extraña transformación se apoderó de ella, pero Kuchiki Rukia apareció llevándola a la Sociedad de Almas donde ha estado desde entonces.
Se dirigió a la ducha para refrescarse un poco y que el agua aliviara su dolor. La cicatriz del accidente seguía estando en su espalda, no dejaba de atormentarla día tras día cuando se duchaba...
Algún día tendría que enfrentar a su pasado, lo sabia. Pero esperaba que ese día tardara en llegar...cuan equivocada estaba.

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Los días pasaban en la Tierra mientras Rianne continuaba con sus entrenamientos. Su sensei había días que se marchaba a pedir consejo a un extraño que la chica aun no había logrado ver. Solo había escuchado su voz, parecía de un chico joven, no pasaría de los 18 años...
La chica dominaba ya su espada aunque aún no sabia como descubrir su nombre, para ello tendría que ver a un amigo del extraño muchacho que al parecer tenía una espada como la suya que podía matar Hollows.
La cruz la llevaba siempre consigo, la tranquilizaba y le daba fuerzas para seguir con sus entrenamientos.

Sus días en el instituto eran iguales, era la mejor estudiante y seguía yendo a sus clases de arco, de kendo y de lucha. Le gustaba pensar que asistiendo a esas clases podía volver a ser la chica que era antes, antes de enterarse de que había almas y seres extraños que se los comían. Además, sus clases de lucha la mantenían en forma, las de arco la entrenaban para cuando pudiera usar su colgante y las de kendo la ayudaban con la espada, puesto que Keiji-sensei de espadas sabía más bien poco... u.u

Pero un día, mientras dejaba la escuela y el sol se ponía poco a poco pasó. Salía por la puerta pero alguien la detuvo.
-¿eres Mugiwara?- preguntó un muchacho mayor observando a la muchacha. Ella arrugó la nariz al ver que era un alumno de los cursos superiores y que su fama dejaba que desear. Un macarra que se jactaba de ser el mejor.
- soy yo, ¿qué quieres?- preguntó la chica librándose de la mano que le sujetaba el brazo.
- nada, me habían dicho que eras bonita, pero nunca llegué a imaginar que lo fueras tanto... además de que tienes otros atributos de los que debes estar orgullosa- dijo mientras bajaba su mirada por su cuerpo. Ella le miró con asco mientras se alejaba de él y apretaba con fuerza la correa de su mochila.
- que asco, aléjate- le amenazó, se llevó la mano a su cintura pero había olvidado la espada en casa de su sensei. Maldición, y no podía usar el collar... no se podía usar con los humanos.
-“Maldición y mil veces maldición...”- pensó mientras se alejaba. El muchacho se acercaba a ella, divertido.
-¡vamos! Podemos pasarlo muy bien, tu y yo juntitos- dijo cogiéndola de la muñeca.
- yo que tu me soltaría, se luchar y puedo dejarte K.O- dijo amenazante.
Pero no llegó a cumplir su amenaza. Un brazo se posó en su hombro mientras otro la libraba de sus garras. Dos siluetas habían aparecido en escena.
-¿estás molestando a mi amiga?- dijo una voz cargada de veneno
- sensei...- susurró Rianne mirando al joven que tenía la mano apoyada en el hombro del matón. Otra voz fue la que habló, y, aunque Rianne nunca hubiera visto su rostro la reconoció a la perfección. La llevó aparte mientras su sensei hablaba con el matón.
-¿te encuentras bien?- preguntó. ¡Era la voz del joven que siempre hablaba con su sensei! Por fin le veía la cara, y ella tenía razón. No debía de tener más de 18 años, debía de tener su edad, su cabello era negro azulado y dos mechones le caían por la cara enmarcándosela. Tenía los ojos de un azul profundo ocultos tras unas gafas. Era pálido y muy alto. Vestía con el uniforme de un instituto y pudo ver a la perfección, en su muñeca derecha, una cruz idéntica a la suya.
- tu... tu eres...- comenzó a preguntar la muchacha mirando fijamente los ojos azules de él. El joven sonrió.
- Ishida Uryuu- dijo él. Unos pasos los alertaron y ambos vieron como el matón salía corriendo y Keiji se acercaba con parsimonia y las manos metidas en los bolsillos. Rianne se adelantó al encuentro con su maestro.
-¡sensei! ¿Que le has dicho?- preguntó de brazos cruzados.
- nada- dijo encogiéndose de hombros- no volverá a molestarte nunca más
La chica bufó exasperada, su sensei era demasiado sobre protector con ella
- ahora todo el instituto pensará que tengo guardaespaldas- dijo mirando a chico que estaba detrás de ella.
-¿las muchachitas se pondrán celosas de que dos chicos tan guapos como nosotros te protejan? Ku ku ku – dijo Keiji riéndose mientras Rianne le lanzaba una mirada fulminante.
- esto...- comenzó a decir el chico. Keiji se paró de reírse de golpe y se puso mortalmente serio.
- este es Ishida Uryuu, Rianne. Él es con quien he estado hablando sobre tus poderes...- dijo mirando a Ishida.
- me lo figuraba, oí su voz una vez y enseguida he sabido quien era- dijo ella encogiéndose de hombros.
- oh! Esa es mi alumna predilecta- dijo Keiji, orgulloso mientras le revolvía el pelo.
- sensei! Vale yaa!! Soy tu única alumna, ¿recuerdas?- dijo apartándose- aunque me imaginaba a un anciano de esos de barba blanca y encorvados.
Ambos chicos la miraron con una gotita en la cabeza n.nU
- nunca me hubiera imaginado a un chico tan joven y guapo- dijo ella sonriendo.
- ejem...- dijo Ishida subiéndose el puente de las gafas y sonrojándose- yo tengo que marcharme a clases, Keiji-kun ¿De que quería hablar conmigo?
- bueno, aparte de que quería que os conocierais quería mencionarte que si, por alguna rara casualidad la Sociedad de Almas se entera de la existencia de una chica con poderes de Quincy y que tiene una zampakutou y recurren a ti, tu no la conoces, ¿de acuerdo?. Ella no está preparada para un interrogatorio por parte de la Sociedad de Almas, ni tampoco para cambiar más aún su vida de estudiante.- dijo Keiji mortalmente serio que hasta sorprendió a su alumna.
- de acuerdo- dijo el chico asintiendo con la cabeza- pero sabes que tarde o temprano deberá de ir. Algún día deberá de venir conmigo y con Kurosaki...
- lo se, pero dame de tiempo dos meses. Dos meses en los que ella aprenderá a activar su poder de quincy. Con la zampakutou deberá de ayudarle tu amigo Kurosaki, el Shinigami. –se giró a ver a la chica que se había mantenido callada- Rianne, sabes que yo viajo mucho y ahora estoy investigando sobre el porque de tus poderes. Si alguna vez te surge alguna duda, o te encuentras en problemas quiero que acudas a Ishida-kun, ¿de acuerdo?- dijo el mirándola serio y con el entrecejo fruncido, sabia que no le gustaba que le ordenasen cosas y así lo mostró ella. Infló sus mofletes pero al final acabó cediendo.
- bien, entonces para que empecéis a conoceros os dejo solos. Me marcho a casa. Bye byeee!!!- dijo antes de desaparecer y sin darles tiempo a los jóvenes de reaccionar. La chica contuvo unos cuantos insultos dirigidos a su maestro.
- ¿nos vamos?- preguntó Ishida dirigiéndose a la puerta del instituto, la chica asintió y se colocó a su lado apretando fuertemente la cruz, nerviosa.
-¿cómo conociste a mi sensei?- preguntó la chica
- somos tan pocos quincy que conocernos entre nosotros es relativamente fácil - dijo mientras miraba a Rianne.
- ya veo… - dijo. El silencio era en si incomodo, ella no era tímida con los chicos, es mas, podría decir que era algo lanzada. Pero Ishida tenía un aura perturbadora, reservada y misteriosa que le impedía hablarle con naturalidad.
- Mugiwara-san, mañana hablare con Kurosaki, el que le entrenara con la espada, suele ser algo arisco pero en realidad es una buena persona – le dijo a la pelinegra.
- eing? Nah, estaré bien, tendré paciencia- dijo sonriendo torpemente.
- y otra cosa, por favor no te burles de su cabello, es bueno, un poco brillante… anaranjado- dijo aguantando una risita.
- eso me importa poco, unos familiares míos tienen cabello blanco natural y ojos rojos, a las apariencias extrañas ya estoy acostumbrada- dijo sonriente.
- cabello blanco y ojos rojos?? Eso tengo que verlo- dijo sonriente.
Los dos estaban tan metidos en su mundo que no se fijaron que la calle estaba en desnivel, Rianne logro seguir de largo, pero Ishida tropezó, empujando a Rianne contra una pared, para evitar que la chica cayera al piso, Ishida le agarro de la cintura.
Al final la pose se transformo en una algo comprometedora. Ninguno movía un músculo y sus respiraciones eran escasas y profundas, la sorpresa de estar en esa pose les evitaba moverse y al mismo tiempo se sentían a gusto así.
- tu depravado!!!!! Que le haces a mi prima?!?!?! - grito una voz asestándole una patada en el costado al chico de gafas, este salio disparado unos metros mas lejos. Rianne se volteo y logro ver a su joven primo, vestido con una camiseta negra en vez de blanca como reglamentaba el uniforme de su escuela.- como vuelva a tocarle un pelo a Ria-chan vas a ver deshabilitada tu capacidad de tener descendencia alguna!!- le grito mientras se colocaba en una pose kung fu de ataque.
- NASHI!!- le grito Rianne a modo de regaño- Ishida-san se tropezó!! Eso fue todo, el no estaba haciendo nada malo!!- le dijo a su primo que siguió mirando receloso al quincy.- ve a disculparte de inmediato!!- le ordeno señalando a Ishida en el piso
El menor algo receloso se acerco al otro chico y lo levanto y ayudo a sacudirse.
- Gomen – dijo con molestia y vergüenza – pensé que eras otro de los depravados que molestan a Rianne no itoko-san.- dijo alejándose.
El quincy miro al muchacho de pies a cabeza, cabello blanco como la nieve y ojos rojos como la sangre, tez pálida y debía medir al menos 1.60, no era bajo para su edad.
- no hay problema – dijo el quincy aun adolorido – la estabas cuidando, nada mas – dijo con cierto deje de molestia y dolor.
- ves lo que hiciste Nashi??- le espeto Rianne al menor – lo mas seguro es que te salga un morado en la espalda Ishida-san…
- no hay problema, estoy acostumbrado a cosas peores – dijo estirándose. Miro al pequeño – me llamo Ishida Uryuu, creo que podría decirse un gusto.
- Sakurazukamori Nagash- dijo secamente – soy el primo menor de Rianne.
- Nashi… porque traes la camiseta negra…?- pregunto su prima – hoy no es luto…
- lo se, pero es que ayer tuve unos problemas- se levanto la camiseta y dejo a la vista un vendaje – me asaltaron, pero logre huir prácticamente ileso, pero mi camiseta no - dijo restándole importancia al asunto.
- Nashi… tienes muy mala suerte…- dijo Rianne acariciándole la cabeza a su primo
- no soy tu perro - le dijo – bueno… me voy- dijo haciendo ademán de irse- Hanako y Hisae deben estar esperándome para su sesión de “molestemos a nuestro hermanastro”- dijo con asco y sacando la lengua – bye, bye!!- dijo echándose a correr calle arriba- ah!! Y perdón por lo de antes Ishida-san!!-fue lo ultimo que se escucho.
El silencio volvió a cernirse sobre la pareja de quincys.
- bastante peculiar el chico…- logro articular el pelinegro – tanto en personalidad como en aspecto “y también en presencia, no logre sentir que se acercaba…”
- Nashi es un buen chico, pero ha pasado por muchas cosas muy malas… por eso es tan desconfiado…- dijo Rianne con tristeza.
- al parecer tú también…- le dijo el quincy mientras caminaban.
- pues si…

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En la sociedad de las almas un chico cabeza de mandarina, una shinigami pelinegra y un ex teniente pelirrojo estaban frente a una teniente peliblanca.

- Kurosaki Ichigo, Kuchiki Rukia y Abarai Renji, han sido escogidos para monitorear la ciudad ya nombrada y encontrar a la persona con los poderes de Shinigami y Quincy.- recito entregándoles a cada uno un aparato parecido a un localizador – esto les ayudara a seguirle al rastro.- Kurosaki fue el primero en hablar
- por que nosotros?- pregunto con cierta molestia
- porque al menos tú estas familiarizado con la ciudad y con sus habitantes que poseen una energía espiritual elevada, en ese rango están: Ishida Uryuu-san, Inoue Orihime-san y Sado Yasutora-san, también podrás pedirles a ellos colaboración si es necesaria.- dijo volviendo a su lugar.
- De acuerdo, de acuerdo… entonces te avisaremos si hay algo sospechoso.- dijo Renji
- exacto, es bastante rara tal doble raza, por lo que Yamamoto-sama ha ordenado su captura pacifica y que sea traído/a a la sociedad de las almas para el interrogatorio de rigor- dijo archivando algunos papeles – cuento con ustedes- termino. Los shinigamis salieron y se fueron en dirección a la puerta de conexión el Dangai.
- esa enana se toma muy enserio su papel de teniente… no como uno que conozco- dijo Ichigo para picar a Renji.
- cállate Ichigo… que por lo menos llegue a ese cargo…
- y fuiste vencido totalmente por un shinigami desconocido- termino la frase Ichigo con burla. Rukia solo miraba como sus dos compañeros peleaban por estupideces…
-paciencia hay que tener…- Pensó soltando un suspiro y agarrando a los dos shinigamis de las orejas- quieren estarse quietos de una buena vez??
- Rukia!! Suéltame!!- le gritaron los chicos a la joven shinigami, pero ella solo torció mas las orejas de ambos.
- esto les pasa por no poderos quedar ni un minuto tranquilos!!
Y así los tres atravesaron la puerta en dirección al mundo humano, su misión: Encontrar y atrapar al híbrido.

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